El Hotel Rural Casamarilla es una preciosa casa de estilo colonial de dos pisos que data de mediados del siglo XIX, fue construida para habitación de los dueños en una finca que aparece ya inscrita en 1887 como finca rústica en parte poblada de nopales para la cochinilla, y más tarde en 1904 dedicada al cultivo de caña de azúcar y tomates. A su vez, en la descripción de la época nos detalla que existen otras dos casas medianeras y un edificio en que hay instalada una máquina azucarera (hoy desaparecida) movida al vapor con los útiles necesarios para la molienda y obtención del azúcar, porque la situación económica se reconduce con cultivos alternativos en el último tercio del siglo XIX.
Se le conoce con el nombre de Casa AMARILLA y se sitúa en La Caleta de Interián, término municipal del Puerto de Garachico, estando compuesta de tres porciones llamadas “Suerte de Correa”, “Pared Doble” y “Gaviotas”, y además de una huerta…Toda ella mide 8 hectáreas, doce áreas, ochenta centiáreas, que es lo mismo que quince fanegadas o 80 mil metros cuadrados aproximadamente. De esa época se conserva todavía en la zona la chimenea y las instalaciones de otro ingenio azucarero, se sitúa en plena Punta del Risco de Daute. La hacienda se ubica con vistas al mar, la costa y espectaculares barrancos de la zona en el municipio de Los Silos dentro un enclave rural de la isla de Tenerife. Hoy en día está situada en medio de una finca tradicional de plataneras, pues a principios del siglo XX se inicia la expansión de este cultivo, que se convierte en predominante de estas zonas Bajas.
Las construcciones efectuadas en medio de propiedades agrícolas para residencias de los señores constituyen las haciendas… Alrededor se desplegaban los cultivos y habitaciones de los trabajadores, sin integrarse en el recinto de los dueños, pues era la verdadera arquitectura popular la habitada por aquéllos. Con el paso del tiempo muchas de estas haciendas han sido transformadas o han desaparecido, aunque en el norte de Tenerife quedan buenos ejemplos. Unas tienen forma de U… las haciendas no eran la residencia usual fija de estas familias adineradas, que tenían su mansión como vivienda habitual en poblaciones urbanas.